Parte de la ruta atraviesa la parroquia de Alais, famosa por sus excelentes vinos,
fruto del duro trabajo en los viñedos de la ladera del monte O Sobredo. Aquí, como en casi toda la Ribeira Sacra, la fuerte pendiente hace necesaria la construcción de bancales (los cabañones), y dificulta toda tarea relacionada con la obtención de los preciados frutos de la vid.
Hoy es poca la mecanización que permite este agreste medio (en estos viñedos se pueden ver algunos carriles para el transporte de las cajas), pero antes el trabajo era aún más duro, y en la vendimia (realizada en septiembre) todo el transporte se hacía a hombros. Para ello se utilizaba un cesto especial llamado culeiro, más estrecho en la base que en la parte superior, que se sujetaba en la cabeza y se apoyaba en la espalda. La vendimia era agotadora, pero era también motivo de fiesta por el encuentro con la familia y amigos que venían a ayudar.