El souto es un cultivo tradicional de castaños para la obtención de su fruto y de madera. En la comarca de Castro Caldelas, el de Poboeiros era famoso por la calidad de ambas. Sin embargo, a pesar de que su aprovechamiento fue clave en la vida económica de estas aldeas, tras varias décadas sin utilización ni cuidados su estructura se está perdiendo, así como la producción de sus excelentes castañas, que ya no se recogen.
Aquí aún podemos encontrar grandiosos ejemplares de castaños centenarios. Pasear entre ellos nos devuelve por un momento al pasado, en que la recogida (llamada castañeira) tenía lugar durante todo el mes de octubre. Las castañas se cogían (apañaban) del suelo, ya caídas del árbol, pero para eso era necesario tener el souto bien limpio. Actualmente, árboles nuevos y diferentes especies vegetales (sobre todo robles) crecen entre los imponentes castaños que en otro tiempo fueron tan cuidados.
Después de recogerse, las castañas se secaban en el sequeiro, construcción de dos plantas que se levantaba en los alrededores del souto. Las castañas se extendían en el piso superior (conocido como canizo), y en el inferior se prendía una lumbre cuyo humo producía la seca. Se trataba de un proceso muy laborioso que duraba unos quince días.
Por último, las castañas ya secas se pisaban a golpes, dentro de un saco, para quitarles la cáscara. Este proceso todavía se recrea en fiestas tradicionales de algunas aldeas.
Las castañas así tratadas, ya secas y limpias, se podían guardar por mucho tiempo para el consumo humano y del ganado. Antiguamente, además, servían para el pago de impuestos.